Hace tiempo que volvimos a la trimilenaria (cartagena, para los amigos) desde el viaje a tierras sevillanas pero por lo menos voy a hacer un pequeño resumen de lo acontecido por esas tierras andaluzas.
El viaje de ida fue bien, sin incidentes y con un par de walkie talkies para intercambiar impresiones y hacer más entretenida la carretera. Nada más llegar compramos provisiones para los días venideros (poca cerveza, por cierto), alcohol y comida para hacer en el par de planchas que hicieron el viaje con nosotros. La primera noche sólo nos limitamos a tomárnoslas en casa, porque el día que había hecho no invitaba a salir.
Al día siguiente (ibuprofeno mediante) el panorama no mejoraba y peligraba la madrugá, pero bueno nos animamos y salimos a hacer un poco de turismo, estuvo bien porq de la plaza de españa no tenía fotos con nubes y lluvia. Como curiosidad decir que comimos unas tapicas en el centro bajo un paraguas y sobre un barril de cerveza. Por la tarde, ya reunidos los 11 volvimos a la casa, previo paso por la gasolinera de abajo para aprovisionarnos de cerveza, lo bueno es que esa noche conseguimos salir de la casa y nos dirigimos a ver procesiones.
Las de allí son muy diferentes a las de cartagena, aquí tenemos unos cuantos tronos y pocos capirotes (nazarenos, los llaman allí) pero en sevilla una procesión son dos tronos y un 'viaje' de nazarenos, a tal punto que esperando una de ellas, la del silencio, creo, aurelio y yo tuvimos que ausentarnos para ir al servicio y/o tomarnos una cervecica, pero vimos todos los tronos jejeje
El viernes santo ya hizo mucho mejor día y paseamos más a gusto por la ciudad, exploramos un poquito más el parque de maría luisa, vimos otra procesión más por la tarde y pasamos por delante del costurero de la reina que a alguien le hacía mucha ilusión.
La última cena fue más movida que las dos anteriores ya que nuestra anfitriona se empeñó en que le tiráramos más al ron, intentamos ver una peli de miedo, pero los altavoces de mi portátil no sirven para grandes audiencias. Lo único positivo de ese visionado fueron un par de ideas maliciosas, desde el simple susto saliendo de detrás de una esquina al siempre cachondo salto desde detrás de la cortina del baño, infarto asegurado, funcionaron bien.
Sé que muchas cosas se han quedado en el tintero, pero fueron muchos días, el alcohol justo y necesario y comida en cantidades no exageradas.
Resumiendo, sevilla muy bien, la compañía mejor y espero que podamos volver por allí.
martes, 1 de abril de 2008
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