La verdad es que tenía que haber escrito hace tiempo, el primer fin de semana que cocinamos después de Semana Santa, porque hicimos algunos platos interesantes, pero tampoco está tan mal porque así he añadido alguno más al menú del siguiente finde.
Empezando por uno interesante, debo decir que recuperé un plato que no hacía desde ni se sabe: caldero. Veníamos de la Semana Santa en Cartagena, y el domingo, antes de salir de allí paramos en un bar cerca de casa en el que decían que tenían caldero en el menú. Menos mal que Patricia no se lo pidió, porque muy en el fondo sabía a caldero. Así que llevaba toda la semana pensando en hacer uno de verdad.
La cosa salió muy bien, no teníamos pescado de roqueo, iba a salir a pescar al manzanares, pero creo que habría sido en vano. Pillé unos huesos de rape en el Alcampo, pero el jueves pasamos por el Mercado de La Cebada, visitamos la pescadería de siempre de Patricia, vive al laíco, y pillamos una cola de no recuerdo qué de la que se sacaron unos lomitos muy apañaos además del hueso pa hacer el caldo, por supuesto a precio de cliente preferente. También pasamos por su carnicería de confianza y nos llevamos un poco de falda de ternera para hacer roastbeef.
Esta última adquisición nos sirvió el viernes para cenar muy bien, con la carne al punto, acompañada por una salsa rápida de vino tinto, cebolla roja y champiñones. La guarnición fueron unas zanahorias glaseadas, es decir, hervidas con laurel, aceite, sal y un poco de azúcar, deliciosas. Además de para la cena me sirvió para comer un día en la oficina y cenar unos días después. Además hicimos unos puddings de Yorkshire, que vienen a ser unos buñuelos, pero que se quedan como panecillos, vienen muy bien como acompañamiento.
El plato estrella del fin de semana siguiente fue una pizza, parece simple, no? Pero nada más allá. Nos hicimos nosotros la masa, bueno, la verdad es que todo el trabajo lo hizo Patricia. Luego yo la extendí y la llenamos de ingredientes por encima. Su salsa de tomate de fondo y tres gustos bien diferenciados. El primero, jamón york con tomate natural y cebolla roja, el segundo con anchoas y chorizo. El tercero era más elaborado, salteamos unas tiras de pollo en la sartén y luego lo pintamos con salsa barbacoa que habíamos hecho para unas alitas de pollo hacía un par de días. Todo ello salteado con maíz y coronado por una mezcla de queso emmental y parmesano. No es porque la hicieramos nosotros, pero estaba muy buena, de hecho mis compañeros de piso corroboraron el dato.
Como guarnición nos marcamos una ensalda de patatas y boniatos, la verdad es que es super simple, se meten en un bol con medio limón, una pizca de sal y se tapa con papel film. Diez o quince minutos en el microondas, se dejan enfriar un poco y en una tabla se pican un poco con queso feta, cilantro, guindilla fresca, sal, pimienta y aceite, delicioso y muy fresco.
Canción recomendada: 'Every Little Thing She Does Is Magic' de The Police, por esos ratos de siesta delante de la tele ;)